Nos pondremos románticos cuando hablemos de nuestra caña de azúcar y su destilado añejado en barricas de roble, la que hoy zarpa a los mares del mundo dejando como el Sol al amanecer, una estela de un dorado brillante y elegante, que se baña en aguas turquesa, brilla cada día con el horizonte y se mueve con la discreción con la que se retira la marea nocturna.
Siempre hay estilos de vida, formas de entenderla y de vivirla. De esa experiencia surge RON VELEIRO.